Flecha del Azahar 2022. Una aventura sobre ruedas

Chema Maal - UltraTrail

Flecha del Azahar 2022. Una aventura sobre ruedas.

Hace algunos años, cuando comenzaban mis andanzas por los pruebas "ultra" de montaña, me topé por casualidad con un artículo donde alguien describía perfectamente el error deportivo de pensar solo en alcanzar la meta y no disfrutar del camino recorrido para llegar a ella. Era Iñaki Ochoa de Olza Seguin (Pamplona, Navarra, España, 29 de mayo de 1967 - Annapurna, Nepal, 23 de mayo de 2008)

En aquel artículo él describía el placer que sentía al recorrer el camino hacia la cumbre, y detallaba que si debido al mal tiempo y las condiciones climatológicas adversas no era capaz de alcanzar la cumbre solo dejaba sin comerse la guinda del pastel, pero el resto del pastel ya se lo había comido mientras intentaba hollar la cumbre.

Os voy a contar una historia donde he disfrutado muchísimo tanto preparándola como participando en ella.

Todo comienza a mi vuelta de Trans Scania 2021, mi épica aventura escandinava. Al volver a los entrenos, de cara a los siguientes objetivos deportivos a la vista, note unas molestias en la rodilla derecha que en un primer momento achaqué a la soberana paliza que les pegué a las podres rodillas antes y durante la carrera sueca. Como la cosa no mejoraba acudí a mi gurú particular, Fisioterapia José Romero. Tras unas pruebas exploratorias me diagnosticó un síndrome de la cintilla iliotibial o fascia lata. Todo aficionado a esto de correr sabe que si te toca este diagnóstico tienes que parar, sí o sí.

Tabla de ejercicios de recuperación, tratamientos de diatermia y fisioterapia fueron las herramientas que José Romero dispuso a mi atención a fin de solucionar este tema cuanto antes, pero ya sabemos que todos los procesos de recuperación tiene su tiempo, este, más que mucho otros. Solo me permitió volver a la bici de carretera, ni spinning ni bici de montaña……menudo panorama…….

Fue en aquellos días de preocupación y agobio por la lesión cuando recordé una frase: si la vida te da limones, haz limonada.

Si no podía hacer pruebas “ultras” corriendo ¿Por qué no hacerlas sobre la bici?

A partir de ese momento comencé a buscar información relativa a pruebas de ultra fondo en la modalidad de bicicleta de carretera, aunque ya conocía algo sobre ese mundillo porque sigo en RRSS desde hace años a Julián Sanz Ultracycling Rider, pionero en España de este deporte y que ha participado en las pruebas de ultra resistencia más importantes del mundo.

Yo aspiraba a algo un poco más “sencillo” y al poco de comenzar a buscar encontré información sobre el mundillo de los “Brevets”.

Los brevets son etapas de ciclismo de ruta de gran fondo (mínimo 200 km), no competitivos, que se realizan en carreteras abiertas al tráfico, y que se han de completar en un tiempo máximo prefijado.

Las distancias a cubrir en los brevets son: 200, 300, 400, 600 y 1000 km, así como los 1200 km de las superbrevets. El objetivo que persiguen estos brevets es adquirir un gran fondo para poder participar en cualquiera de las randonnées que existen, siendo la clásica París-Brest-París (1200 km), la reina de todas ellas. Los practicantes de este deporte son conocidos como Randonneurs.

Encontré en Sevilla a un grupo de “locos” que se dedicaban a la práctica de este deporte y pocos días después ya había contactado con ellos, en la persona de Diego Ruiz Vega, responsable del Club Randonneurs Andalucía. Al instante accedí a toda la información sobre este deporte aquí en nuestra tierra y me sorprendió gratamente, ya que se organizaban muchas etapas en Andalucía de todas las distancias e incluso una superbrevet de 2000 km, la Al-Ándalus, que se celebra cada 2 años.

A partir de ese momento me propongo participar en alguna de estas etapas organizadas y probar si tengo capacidad de resistencia y fondo suficiente en bici para poder afrontar una ruta de estas características.

Durante las primeras semanas de noviembre me organizo una serie de salidas en bici donde voy poco a poco aumentando la frecuencia de las mismas así como los kilómetros recorridos y el desnivel. Mientras, sigo devorando todo lo que cae en mis manos sobre el tema y Diego Ruiz Vega me mete en un grupo de WhatsApp donde se encuentras algunos de los mejores Randonneurs del país. En este grupo es donde me doy cuenta de la dimensión de este deporte y sobre todo del inmenso esfuerzo físico y mental que supone realizar este tipo e trayectos. Comienzo a pensar que no estoy a la altura.

Durante los últimos días del 2021 se informa en el mencionado grupo de WhatsApp de la organización para el mes de abril de la Flecha del Azahar, una excursión en bicicleta por equipos, organizada por Randonneurs del Azahar y autorizada por Audax Club Parisien, como Flecha Nacional. Accedo a toda la información y una vez conocidos los detalles me planteo por primera vez la posibilidad de crear un equipo y participar en la misma.

Yo lo veo claro, quiero hacerlo, ¿Pero, a quien meto en este lio?...al menos sabia de una persona a la que estaba seguro que no necesitaba más que planteárselo para que me dijera que sí, mi amigo Pedro Brazo Dorado.

El 4 de enero de 2022 le lanzo la propuesta mediante WhatsApp a las 20:58 h y a las 20:59 h, un minuto después,  recibo su respuesta:

-De escándalo.

-Lo hablamos.

-A ver quienes puedes ser los otros.

Con semejante respuesta sabía que ya tenía a otro integrante del equipo. Con el paso de los días comenzamos a darle forma al tema y le ofrezco a Pedro que sea él quien elija a los otros dos o tres integrantes del equipo a fin de que se sienta cómodo con los elegidos. Tras unos días de estudiar posibles componentes me propone meter en el equipo a Antonio Navarro y Manuel Ignacio Cerrillo. Al primero lo conocía de haber coincidido con él en algunas salidas en bici por Sevilla y a Manuel Ignacio Cerrillo no le conocía, pero bastaba que Pedro lo eligiese para que por mí no hubiese problema.

Ahora nos quedaba la parte más dura y a la vez más bonita, preparar 4 meses de entrenos y afrontar la prueba el 23 de abril de 2022.

Yo ya llevaba varios meses entrenando duro y en diciembre, además, tenía un motivo muy especial para entrenar, que no era otro que ayudar a mi hijo Pablo con la recuperación de su recién operada rodilla, después de 4 años de larga espera. Le  habían practicado una ligamentoplastia y una reparación completa de menisco.

Se había comprado una bici de carretera para mejorar en su recuperación tras la intervención y tres meses después de su operación ya estábamos los dos haciendo salidas cortas para que su rodilla se fuese recuperando. Durante esas primeras salidas con mi hijo Pablo comenzamos a reunirnos los integrantes del equipo a fin de conocernos mejor y que yo les fuese explicando los pormenores de la prueba y el sacrificio en forma de entrenos que se necesitaban para afrontarla con garantías de acabar.

A veces los 4, a veces 3, a veces en binomio, nos fuimos conociendo todos y fomentando el espíritu de equipo necesario.

Salida tras salida fuimos aumentando los km, el desnivel y las velocidades medias en las que debíamos movernos a fin de no “reventar” antes de llegar a la fecha señalada.

La peculiaridad de esta etapa ciclista es que cada equipo elije la ruta que va a realizar, teniendo en cuenta que debe ser en línea desde el punto de salida hasta la localidad donde finaliza la misma, en este caso la localidad elegida este año por el organizador, Rafa Cortegana, era la bellísima ciudad de Linares, en la provincia de Jaén.

Otra de las premisas para poder conseguir esta Flecha es que hay que hace como mínimo 360 kilómetros en 24 horas sin realizar paradas de más de 2 horas, y siempre en línea a la ciudad de destino. También hay que tener en cuenta que hay que sellar en una cartilla que te suministra la organización en varias localidades del recorrido sin pasar nunca una distancia máxima entre sello y sello.

Comencé a estudiar las posibilidades de distintas rutas y se me ocurrió que sería una bonito recorrer el rio Guadalquivir dese su desembocadura hasta su provincia de origen, Jaén, recorriendo todos los pueblos que se encuentras a lo largo de su recorrido en sentido inverso al de su nacimiento. Manos a la obra.

Tenía claro que la localidad de salida debía ser Sanlúcar de Barrameda. Ahora me tocaba diseccionar la ruta, estudiar pormenorizadamente todas las localidades por las que debíamos pasar atravesando 3 provincias completamente, Cádiz, Sevilla y Córdoba, y llegar hasta Linares así como seleccionar en que localidades debíamos fijar los puntos de control. Además tenía que coordinar todo esto con las paradas necesarias para avituallar, almorzar, cenar, cambios de ropa y provisión de luces, etc. Comenzaba a disfrutar como un enano con esto.

Mientras sigo diseñando la ruta los miembros del equipo habíamos realizado varias salidas de 150 y 200 km y todo parecía ir como la seda. Las piernas respondían bien en las tiradas largas que era lo más importante. Decido subir la apuesta metiendo mucho desnivel. Así, no dejan de sucederse etapas todos los fines de semana con más de 120 km cada una y 2000 metros positivos recorriendo la sierra norte de Sevilla y la sierra de Aracena y picos de Aroche.

A finales de Marzo tengo la ruta preparada y procedo remitirla al organizador Rafa Cortegana para la validación por su parte. Nos recomienda evitar el carril auxiliar de la N-IV porque este se encuentra en muy mal estado y nos recomienda que, una vez hayamos salido de Córdoba capital pongamos rumbo a Bujalance y desde esa localidad nos metamos en la sierra de Córdoba para atravesar varias localidades hasta llegar a la provincia de Jaén. Esta recomendación hace que la ruta suba hasta los casi 3000 metros de desnivel positivos. Los traslado al equipo y todos están de acuerdo en que esta debe ser la ruta a seguir. A finales de marzo remitimos a la organización nuestra decisión de realizar esta ruta y nos dan el ok. Ya tenemos ruta. Hay que seguir entrenando.

Otra de las dudas que nos asaltaban a los 4 era el equipamiento a usar ya que con la llegada del cicloturismo moderno o “bikepaking” se ha revolucionado el mundo de los accesorios y existen miles de referencias en forma de bolsas de sillín, de barra, alforjas, bolsas de horquilla, luces delanteras y traseras, etc.

Finalmente nos decidimos por unas bolsas impermeables de sillín y unas luces delanteras y traseras que ya habían demostrado su fiabilidad en este tipo de eventos.

Se va acercando la fecha y no dejamos de entrenar. Sábado tras sábado se suceden las salidas recorriendo muchos kilómetros. En mi caso en concreto en los últimos 7 meses, sin contar con la distancia de la flecha, he recorrido 5.974,23 km y realizado un total de 29 clases de spinning y 56 sesiones de fuerza en gimnasio. Aun así, no me veía preparado.

La logística era otro aspecto fundamental para afrontar el reto ya que debíamos determinar cómo desplazarnos hasta el lugar de salida y como volvernos si conseguíamos finalizar. Decidimos desplazarnos la tarde anterior a la prueba en tren hasta Lebrija con todo el equipamiento completo y desde allí desplazarnos hasta Sanlúcar de Barrameda en bici, donde habíamos alquilado un apartamento para hacer allí noche y salir descansados desde el inicio.

Para volvernos desde Linares decidimos hacerlo también en tren, ya que con el cansancio acumulado no nos sería posible volvernos conduciendo un vehículo y no queríamos obligar a nadie a desplazarse hasta Linares para recogernos.

Llega el fin de semana de la Flecha.

Durante la semana anterior se presagiaba mal tiempo para nuestra aventura ya que un carrusel de borrascas provenientes del Atlántico barrían la península ibérica una detrás de otra y no íbamos a tener suerte en ese aspecto.

El 22 de abril de 2022 nos encontramos Pedro, Cerrillo y yo en la estación de trenes de Santa Justa de Sevilla. Montamos las bicis en el tren y a las 18,45 estábamos los tres en Lebrija.

Agua, mucha agua y un viento de componente Oeste con rachas de hasta 70 km hora fue lo que nos encontramos a la salida de la estación e Lebrija. Recorrer esos poco más de 30 km hasta Sanlúcar de Barrameda nos iba a costar 2 horas de pedaleo donde el aire nos zarandeaba como espigas de trigo y el agua nos azotaba incansablemente calándonos hasta los huesos. No hay chubasquero que soporte la cantidad de agua que nos cayó en esas dos horas. Llegamos agotados al apartamento.

Tras ser recibidos por nuestro compañero Antonio, que había conseguido que un familiar le trasladase en coche hasta Sanlúcar de Barrameda, dedicamos la mayor parte de la tarde noche a secar nuestras ropas y dejarlo todo preparado para salir por la mañana a nuestra aventura.

Cena con Pizza y a la cama.

8.20 de la mañana. Es la hora.

Nos levantamos y salimos a desayunar juntos. Miradas de dudas, nervios.

El tiempo parece que respeta y sale un sol radiante que no hace presagiar lo que estaba por venir.

A las 10.30 h a.m. grabamos un pequeño video a la salida que colgamos en redes sociales ya que hemos decidido que ese será nuestra sistema para informar a nuestras familias y amigos de nuestro progreso y que nos encontramos bien.

Comienza la aventura.

Nos despistamos durante la salida y en vez de salir en dirección Lebrija lo hacemos en dirección Bajo de Guía. Los nervios no perdonan. Sol radiante.

Reconducimos en un periquete la situación y encontramos en punto de salida. Salimos a la carretera nacional que ya no soltaremos hasta Las Cabezas de San Juan.

Viento de cola, fuerte, lo que ayer nos mataba hoy nos sirve de empuje. Colocados en nuestras bicicletas en posición erguida provocamos un efecto vela y el viento nos empuja suavemente. La cosa no pinta mal. Comienzan a caer algunas gotas de agua y las nubes comienzan a agruparse sobre nosotros.

Casi sin darnos cuenta nos encajamos en la localidad de Las Cabezas de San Juan y decidimos hacer una parada para almorzar. Serranito de pollo inmenso con refresco para los 4 y vamos que nos vamos. Mientras el cielo comienza a cubrirse de un gris plomizo.

Ponemos rumbo a los Palacios. Para llegar allí había diseñado durante este tramo una ruta paralela a la N-IV para evitar el tráfico y pasar por algunas aldeas como Chapatales, el Trovar o Marismilla, todas ellas pertenecientes al término municipal de los Palacios.

En una recta jalonada de grandes chopos centenarios comenzamos a notar que la lluvia hace acto de presencia. No había dejado de caernos lluvia muy fina, pero nada que la ropa que llevábamos en aquel momento no pudiese remediar. La cosa se pone fea. Paramos y nos colocamos los chubasqueros de Decatlón amarillos con bandas reflectantes que tan sabiamente había adquirido Pedro meses atrás y nos había recomendado al resto del grupo adquirirlos. Mano de santo.

Llegando a Los Palacios. La lluvia es intensa. Cruzamos la localidad y tomamos en carril auxiliar de la nacional IV. Comienza el diluvio universal…..

En cuestión de minutos el cielo se torna oscuro y las nubes parece que quieren tocar el suelo. Está lloviendo a mares. Ya estamos muy mojados, por lo que decidimos seguir nuestra ruta a pesar de todo. Después de la tempestad, siempre viene la calma.

Cruzamos Dos Hermanas y entramos en la capital por el campo de Real Betis Balompié. Antonio enloquece. Bético de carnet y con entrada para la final de la copa de S.M. el rey decidió ceder la entrada a su hijo y acompañarnos en esta aventura. Eso le honra, y mucho.

Atravesamos una Avenida de la Palmera atestada de aficionados que se dirigen al estadio, a la alameda de Hércules, al estadio olímpico, a vivir una final que Antonio había sacrificado por el equipo. Jamás le estaremos lo suficientemente agradecidos por ello.

Antonio se viene arriba y en cada semáforo o cada vez que se cruza con un grupo de aficionados entona canticos en favor de su equipo que son rápidamente acompañados por los aficionados que lo ven. Esta desatado. No es para menos.

Cruzamos prácticamente Sevilla entera y salimos por la glorieta olímpica en dirección a Alcalá del Rio. Estábamos empapados, pero había que seguir.

En esta localidad paramos para tomar un café, reajustar el equipo y dar un pequeño descanso a las piernas. Grabo un pequeño video y mientras lo hago detecto algo raro, una conversación a 3 que me preocupa. Veo caras de preocupación. No deja de llover, estamos empapados, cansados, y acabamos de pasar por nuestra ciudad. Aún nos quedan casi 300 km por recorrer. Me huelo un motín, así que rápidamente les ordeno que se monten en las bicis ya que había dejado de llover. Terminada la prueba me confirmaron que en ese momento estaba hablando de retirarse.

Me pongo en cabeza y comienzo a tirar con fuerza para alejarles cuanto antes de la tentación del abandono. Llegados a la localidad de Villanueva del Rio y aparece un sol radiante que nos comienza a calentar tanto que tenemos que parar para retirarnos el chubasquero. Creo que he conseguido apagar la revuelta.

Lora del Rio aparece ante nosotros casi sin avisar. Teníamos intención de parar para comer algo pero unas obras nos sacan de la localidad y decidimos seguir hasta que llegamos a El Priorato. A la entrada del pueblo hay una venta donde paramos a merendar y llamar a nuestras familias. Café, lubricado de cadenas y vamos que nos vamos.

Seguimos avanzando y cruzamos la localidad de Peñaflor poniendo destino a la siguiente parada, Posadas. Entramos en la provincia de Córdoba.

Decidimos parar en esta localidad a cenar, cambiarnos de ropa y aprovechar para cargar las baterías de luces y GPS.

Encontramos una venta donde cenamos muy bien y aprovechamos para que los béticos del equipo, Antonio y Pedro vean el gol del Betis en directo y parte del partido antes de salir de nuevo a la carretera. Poco más de 50 minutos de parada y seguimos ruta.

Pasamos cerca de la localidad de Almodóvar del Rio y su imponente castillo iluminado nos saluda a los lejos, y nos desea suerte en nuestra aventura.

Casi sin solución de continuidad aparece ante nosotros la majestuosa ciudad de Córdoba iluminada. Es un espectáculo para la vista. Accedemos a través de los típicos polígonos industriales de las afueras. Antonio tiene que poner toda su atención en la carretera ya que es de noche así que no puede ir escuchando el partido para no perder la concentración. Al entrar en la ciudad de Córdoba, en un semáforo, se para junto a nosotros un coche de policía nacional a los que Antonio les pregunta si saben cómo va el resultado de la final. Les dicen que no y Antonio con todo el arte del mundo les dice:

Po mirarlo en google!!!!

Los policías se ríen y acceden a hacerlo:

-El Betis ha ganado la final en la tanda de penaltis.

Antonio estalla….literalmente parece un ultra sobre la bici y durante nuestra travesía de Córdoba, donde había muchísimas personas con banderas y bufandas del Betis, Antonio rememora todos los canticos que ya había realizado durante la travesía de Sevilla, horas atrás. La gente le acompañaba en sus canticos. Un verdadero espectáculo.

Soy sevillista de cuna, pero jamos me alegré tanto de que el Betis ganase un título porque Antonio se lo merecía, por el sacrificio realizado por nosotros.

Salimos de la capital de los califas y ponemos rumbo a Villafranca de Córdoba. Todo cerrado, imposible encontrar un sitio donde sellar las catillas de la prueba. Breve parada para comer y grabar un pequeño video y volvemos de nuevo a la carretera.

En la localidad de Bujalance abandonamos el rio Guadalquivir, al que hemos ido acompañando en nuestra travesía y ahora comienza lo más duro de la ruta, ya que la mayor parte del desnivel está a partir de este punto.

Antonio comienza a dar síntomas evidentes de sueño y durante algunos kilómetros trato de mantenerlo despierto dándole conversación. El a su vez va cuidando de Pedro que también muestra síntomas de cansancio.

Sé que Antonio lleva un gel de cafeína de 180 mg e intento alargar todo lo posible su ingesta, pero en una subida larga veo que mientras que yo acompaño un rato a Pedro él hace un par de movimientos raros con la bici, por lo que decido que ha llegado el momento de que tome ese gel. 10 minutos después de tomarlo Antonio parecía haberse levantado de la siesta y tenía los ojos como platos. En una subida Pedro tiene un problema con la cadena y tras recolocarla en su sitio aprovechamos para que Pedro también tome un gel de cafeína.

Cerrillo va sobrado. No ha mostrado síntomas de cansancio en ningún momento y va subiendo las cuestas a su ritmo. Llega arriba y nos espera. Esta fuerte.

Tomamos el desvió a Lopera y durante 22 kilómetros recorremos una carretera comarcal peligrosa y lleva de agujeros. Al ser de noche debemos extremar las precauciones.

Atravesamos Lopera, ya en la provincia de Jaén, y tampoco conseguimos sellar los pasaportes de la prueba. Ponemos rumbo a Arjona esperando mejor suerte. Encontramos un bar abierto, tomamos café y compramos agua.

A partir de este pueblo nos queda aún pasar por las localidades de La Higuera, Villanueva de la Reina, Cazalilla, Mengibar y Linares.

Subidas muy largas y con desniveles importantes hace que a Pedro se le agudicen unas molestias en la rodilla que poco a poco han ido mermando su capacidad para pedalear, hasta el punto tener que tomar algún antinflamatorio para que esto no vaya a más y hacer las subidas muy despacio.

Poco a poco vamos pasando pueblos y aparece algún signo de alucinación, en este caso de ver animales en la cuneta. Les digo que es normal y trato de tranquilizarles. Nos queda muy poco para conseguir el objetivo de llegar a Mengibar y conseguir los 360 km obligatorios de la Flecha.

Antonio vuelve a dar síntomas evidentes de sueño, se está pasando el efecto del gel de cafeína, pero le animo diciéndole que en Mengibar, ya con la flecha en nuestro poder pararemos a desayunar bien y acometer el ultimo tirón hasta Linares.

La rodilla de Pedro no da para más, tiene dudas de si seguir adelante o trasladarse a Linares en taxi una vez consigamos los 360 km.

Mengibar aparece sin avisar, detrás de una loma muy dura. Ya estamos aquí!!!!!!!

Flecha del Azahar 2022 conseguida!!!!!

Paramos en un bar de Mengibar y preguntamos a unos ciclistas de la zona cual es la ruta más corta hasta Linares y como es el terreno. Nos indican que nos quedan unos 25 km aproximadamente y que solo hay un par de subidas importante y que el resto es llano -ja,ja,ja,ja,ja - el concepto de llano en Jaén no es el mismo que en Sevilla, os lo prometo.

Pedro nos indica que si no paramos a desayunar el intenta seguir para rematar la faena. Ole tus cojones -pienso para mis adentros- ya que solo nosotros sabemos el esfuerzo que ha realizado para llegar hasta aquí.

Ponemos rumbo a nuestro último destino, Linares. Un recorrido que inicialmente se presentaba fácil pero que fue sin duda de los más duro de la ruta. El cansancio acumulado y la rodilla hacían que Pedro fuese muy despacio. Después de cada cuesta aparecía otra más larga aun que la anterior. Me centro en cantarles los kilómetros que nos quedan y a cada punto kilométrico marcado con la señal verde les indico lo poco que nos queda, 7,6,5,4,3,2 y finalmente aparece la localidad de Linares. Habíamos conseguido hacer 387 kilómetros en 23 horas y 32 minutos.

Objetivo conseguido!!!!!!

Ya podemos decir que somos Finalistas de la Flecha del Azahar 2022.
 

Agradecimientos:

Hay muchísima gente a la que tengo que agradecer la ayuda para conseguir este objetivo. La primera de ellas mi mujer, María Jesús, que sufre mis ausencias con paciencia y me anima a que haga estas locuras aunque sé que por dentro sufre mucho por el miedo a que pueda pasarme algo malo.

A mis hijos Jesús, Pablo y Luma, que me apoyan incondicionalmente en todo lo que hago.

A Manuel Ignacio Cerrillo, compañero de aventura, fuerte como un roble y que se ha adaptado perfectamente a lo que se le pedía. Gracias Cerri!!!

A Antonio Navarro, un personaje difícil de olvidar una vez que le conoces y que solo ha puesto esfuerzo y facilidades para todo. Un verdadero crack y creo que a partir de este experiencia un gran amigo.

A mi hermano Pedro Brazo, hace mucho que se me terminaron los calificativos para agrandar aún más su figura. La vida te depara mucho y bueno hermano. Estoy completamente seguro de ello. Te quiero mucho y lo sabes.

A Diego Ruiz Vega, de Randonneurs Andalucía, por enseñarme este mundo y ofrecerme su ayuda desinteresada y facilitarnos cuanta información le hemos ido demandado en estos meses.

A Rafa Cortegana, por su ayuda con la ruta y sus consejos sobre la misma. Felicidades por esta magnífica organización a la que espero poder seguir asistiendo si la salud me lo permite.

A todos los amigos que antes, durante y después de esta aventura no han dejado de brindarnos su ayuda, animarnos y felicitarnos.

Siguiente Objetivo: Agosto de 2022. Camino francés desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela en bicicleta de carretera acompañado de mi hijo Pablo. 790 km donde voy a disfrutar cada metro recorrido junto a mi hijo.

Chema Maal - UltraTrail 
 https://chemamaal.blogspot.com/2022/04/flecha-del-azhar-2022-una-aventura.html

Flecha

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