JimeRa Tres Trail 20 - Por Eco
Y por fin llegó el fin de semana más esperado del año, ¡¡¡por fin llegó JimeRa Tres Trail!!!
Conocí la existencia de esta prueba en 2017 y me la puse como reto para el año siguiente. ??
Los dorsales se adjudicaban por sorteo, y tuve la fortuna de poder participar en la edición de 2018.
Desde ese momento quedé perdidamente enamorada de Jimera, de su gente, del ambiente que se respira, del compañerismo y la bondad, de sus ríos, sus montañas, sus piedras, de sus raíles y de sus trenes.
El año pasado no pude disfrutarla por una micro rotura de sóleo a tan sólo dos días de la carrera, así que este año tenía que sacarme la espinita.
Gracias a Alberto, Mary Luz, Diego y Dieguito, ¡¡¡porque han hecho de este fin de semana algo mágico!!!
Vamos a lo técnico.
Etapa 1. Real Tesoro
Comienzo desde atrás, tomándome está primera etapa con calma, sabía que debía guardar fuerzas para lo que me quedaba por delante. En el segundo puesto de avituallamiento me dicen que soy la segunda chica individual, cosa que resultó no ser cierta, pero me vino bien, me hizo relajarme aún más y pude disfrutar del resto del trayecto que me quedaba por delante. Finalmente entré cuarta, medalla de chocolate, pero con muy buenas sensaciones. Tan sólo una molestia en el tobillo izquierdo, menos mal que estaba allí Alberto que se había llevado todo el arsenal y me colocó un tapin que me ayudó a completar las tres etapas sin problema.
Etapa 2. La Nocturna
En esta ocasión debía salir desde delante si quería pillar podium general, pero llegué muy justa de tiempo a la salida, así que me coloqué lo mejor que pude. Corrí a todo lo que daba en todos los tramos que pude, hasta llegar a la "pared" que nos esperaba en los últimos kilómetros de la carrera. Ahí subí con ritmo constante pero lento, y ayudada por los bastones para no castigar demasiado los cuádriceps, sabía que aún quedaba la etapa más complicada y debía estar fuerte.
Volví a cruzar la línea de meta en cuarta posición. Las chicas que completaron el podium de esta etapa fueron las mismas y en el mismo orden que lo hicieron en la de esa mañana. Así que al día siguiente tenía que exprimirme al máximo para poder subir posiciones.
Comimos algo y nos fuimos a casa a ducharnos e intentar descansar un poco. Mi noche estuvo algo ajetreada, los nervios no me dejaban conciliar el sueño y me desvelaba cada dos por tres. ¿Conseguiré remontar los tiempos? ¿Llevo mochila, o mejor cinturón? ¿He guardado las sales? ¡¡Clinex!! Necesito llevarme uno aunque sea en la media, por si acaso. ¿Se habrá secado para mañana la gorra? ¿Sino qué me pongo en la cabeza? ¡¡Ala!! Si no me he traído las chanclas... Y mañana me ducho allí... Bueno pues descalza, qué remedio...
Etapa 3. Líbar.
A las 8 subimos al autobús que nos llevó hasta Cortes de la Frontera, desde donde partía esta última etapa. Esta vez no corría sola, Alberto estuvo conmigo en la primera parte de la carrera. Nos colocamos adelante y salimos dándolo todo desde el principio. Justo detrás de la chica que iba tercera y sin perder de vista a la segunda. Ahí nos mantuvimos durante los primeros kilómetros, dónde se acumulaba casi todo el desnivel de esta etapa. ¡¡¡Costó trabajo!!! Todo hay que decirlo...
Al acabar la subida continué sola, Alberto no había guardado piernas en las anteriores carreras y se quedó un poco atrás. La tercera alcanzó a la segunda, y ahora yo las perseguía de cerca a las dos. Llegó la zona de bajada técnica. ¡¡Lo que a mí me gusta!! Pensé que era el momento de adelantarlas y así lo hice. Pero estas chicas bajaban bastante bien y podía sentir que me seguían de cerca. Sin mirar atrás en ningún momento corrí todo lo que pude hasta que empecé a sentir que las dejaba un poco atrás. Tenía que sacarle 4 minutos a la tercera para colarme en el podium, así que corrí como alma que lleva el diablo todo lo que pude, y cuando venían tramos de subida los hacía andando a ritmo legionario. Tenía que darlo todo!!!
¡Conseguí cruzar la línea de meta esta vez en segunda posición!
Las otras dos chicas tardaron, si no recuerdo mal, alrededor de 24 minutos en llegar. La que iba en segunda posición me llevaba sólo 12 minutos de ventaja, por lo tanto no me coloqué tercera, ¡¡¡¡sino segunda de la general!!!!
¡¡¡Estaba loca de contenta!!!
Subirse al cajón está bien, pero lo que de verdad ha hecho que este finde sea estupendo, ha sido la convivencia en un entorno fantástico, con una pareja maravillosa y, como no, con mi chico y su pequeño. ¡¡Hemos disfrutado todos como enanos!! Tenemos pendiente otro finde rural en plan tranquilo. Y, quién sabe, lo mismo volvemos por esas tierras a desconectar del mundo y perdernos en la naturaleza...
Recomiendo a todo el que tenga la posibilidad, que visite Jimera de Libar, es un lugar que no deja a nadie indiferente...
El que prueba repite...