Jarapalos 2017 - Por Alberto Polo

Jarapalos - Por Alberto Polo

Maratón Alpino Jarapalos 2.017 Jarapalos alberto1
Fecha: 11-11-17
Localización: Alhaurín de la Torre. Málaga
Hora salida: 8:30
Distancia: 43,3 Km
Desnivel acumulado: 5.000 m
Sensaciones: Dolor y Gozo.

Crónicas de la que es hasta hoy, la mejor prueba realizada.

Siendo lo habitual hasta el momento, me sigo moviendo como palito en la corriente. Donde va ella, voy yo y así ha sido.

En un día de euforia en el grupo de whatsapp del Club, estaban hablando que se abrían las inscripciones de Jarapalos y Juan Mancera que me echa el capote y como cual Miura, entré y tanto que entré. Con la Santa al lado en el sofá, cogí mi cartera y la tarjeta de crédito y me escondí en el cuarto de baño, con móvil en mano derecha y tarjeta en la mano izquierda y procedí a hacer la correspondiente inscripción.

Como experto desconocedor aún del mundo del trail, no sabía, que era Jarapalos, donde se celebraba dicha prueba, solo sabía que era en noviembre y que Juan me lo había dicho… “digo yo, que un señor tan, tan mayor, no me iba a llevar por mal camino”.

Pues pasó el tiempo y con la pena que Juan (por lesión) no nos pudo acompañar, allí nos vimos Fali, Iván Agüero, Rafa Rodríguez, Andrés, Luis, Fernando, Jorge, Míriam y este que os habla.

Ya en el cajón de salida, con mis nervios, mis tembliques, mirando a todos lados sin mirar a nada, con algo de “canguele” en el cuerpo. Nunca me había metido tanto desnivel en el cuerpo y durante el proceso de preparación no paraba de oír que era MUY DURA.

¡PISTOLETAZO Y AL LÍO!

Ahí estaba yo, sin saber aún porque salgo tan rápido (me puede más los nervios y el entusiasmo que la cabeza), junto a Andrés y Míriam como si fuera a buscar al primero. Como se vía venir a los 3-4 kms, comencé a perder de vista a ambos. Siempre en ascenso considerable, nos fuimos adentrando por un sendero por la arboleda hasta llegar a una pequeña cantera. Una vez pasada, volvíamos a sederos con algo más de inclinación. El camino se hacía más estrecho y cada vez por él, si iban asomando de la tierra algunas piedras, lo justo para estar más alerta y apreciar más aún tus dientes.

Tras subidas y serpenteos, llegamos a una pista, que, aunque suelen ser desagradables para mí, en este caso no me molestaba, incluso me gustaba. Hasta llegar a la parte más alta, donde esa sensación de gusto desapareció y …… ¡OOOOHHHHHHHHH! Llegó el gustazo……. Allí estaba, a mi izquierda, entre montañas, valle, al fondo, EL MEDITERRÁNEO.

Se me caía el culo. Allí, siempre te acuerdas de mucha gente, compañeros que deberían de estar allí (lesionados y no lesionados), amigos, familia y como no, de mi Santa y mi hijo.

¡Bueno…. ¡Que me pongo “tienno” y la gente se me aburre!

Jarapalos alberto2Entramos en caminos estrechos de arena de playa (choca ver arena de playa a esa altitud, pero allí estaba) y piedra, hasta llegar las famosas ANTENAS que se divisan desde kilómetros. Una vez allí, en el segundo avituallamiento, ofrecieron vino dulce y quién soy yo para despreciar este detalle. Pues, tras este alto, coincidí con Fernando (y me volvió a adelantar ”el habichuelita”).

Pasado este punto, comenzaban pequeñas bajadas de caminos estrechos, en este caso las vistas de valles y montañas las tenías a mi derecha. Vistas dignas de apreciar una y otra vez, sin dejar de prestar atención a las piedras que sobresalían. Nos adentrábamos en zonas bastante poblada de árboles donde el suelo se emblandecía, atravesando pequeños arroyos secos hasta coger la senda de uno de ellos y ¡a subir de nuevo!

stas subidas eran duras, bastante duras, pero me encontraba bien, con el pulso por las nubes, pero bien, con los pulmones en el suelo, pero bien, con los bastones que me pesaban como yunques, pero bien.

Tras una pista, esta vez pendiente abajo, de unos 3-4 kms, que se te iban “volaos”, llegamos a una fuente, donde se encontraba otro avituallamiento, esta vez con cerveza que me ofrecieron y como no……. Aquí también te acuerdas de unos pocos, sobretodo de este Club.

Siguiendo por esta pista un kilómetro más, al abandonarla, entrabas en un bosque, digno del Planetas de los Ewoks. Donde los rayos del sol casi se podían tocar al verlos atravesar la vegetación espesa. Eran caminos ratoneros, caminos que tanto agachabas la cabeza como saltabas troncos. En estos momentos comenzabas a escuchar a algunos corredores como les daban los calambres oportunos. Creo que fue en este tramo, con 3 horas 45 m, cuando escuché el cohete de llegada a meta del primero, …. ¡hijop…!

Mi ritmo y yo, aún dentro de este bosque, comenzamos a serpentear una pendiente, con una inclinación que te da la risa tonta al ver el perfil. Momento en el que tenía que parar para que las pulsaciones volvieran a un ritmo más aceptable. Mientras tantos, tres voluntarios dando ánimos, mezclados con chistes absurdos (que a mí me hacen siempre bastante gracia) en el punto más alto de la pendiente.

Jarapalos alberto

Una vez superada esta penúltima pendiente, es cuando ya mis piernas comenzaban a flaquear. Comienza a notar, como se va creando esa ampolla bajo un dedo de tu pie derecho, como te vas despidiendo de esa uña de tu otro pie, como te estás diciendo a ti mismo que o levantas 2mm más el pie del suelo o vas a tener también que despedirte de tus dientes. Pero mi cabeza estaba aún mejor que al principio y todo era por la experiencia que estaba teniendo durante el recorrido: paisajes, voluntarios, ánimos, corredores, …. Todo eso, se queda contigo.

Llegas al al avituallamiento del km 35, donde los voluntarios te están dando la enhorabuena como si hubieras llegado ya a la meta, como si de amigos de toda la vida se trataran y la sensación era recíproca, te dan ese empujón para ese último tramo de vuelta, con las mismas bajadas y piedras que al comienzo, pero más concentrado esta vez en la colocación de tus pies que en el entorno que te rodea. No obstante, a la altura del refugio de los Lobos, como cual futbolista celebrando su gol en Champion, pegué mi “piscinazo”.

Ahí estaba yo, 7 horas y 32 minutos después de la salida, aún con ganas de trotar, ya entrando en Alhaurín T., más feliz que una perdiz, viendo el tramo enmoquetado hasta el ARCO DEL TRIUNFO y con los últimos ánimos de la policía local, el público (poco, pero de agradecer), Fernando y por supuesto, Chito Speaker y su “subidón”. Así entré, así fue mi prueba JARAPALOS, así la he vivido y así os la he contado.

 Sirva también estás crónicas para agradecer a la ESPECTACULAR Organización, Voluntarios, Policías, Protección Civil, Cruz Roja, SOS Cardio, pero sobre todo a la buena compañía de mis amigos y compañeros que sin ellos, no lo hubiera vivido de la misma manera. Gracias, Juan por empujarme a esta prueba.

 A todos, ¡HACEDLA!

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